Usted contrata a los mejores talentos para que piensen estratégicamente, no para que se pasen el día enterrados en hojas de cálculo y persiguiendo datos. Pero si su cadena de suministro sigue funcionando con sistemas de planificación heredados, eso es exactamente lo que está ocurriendo.
Y le está costando más que tiempo. Le está costando margen, productividad y agilidad estratégica.
Los sistemas heredados no se diseñaron para la velocidad, la integración o la automatización. Requieren la introducción manual de datos, conciliaciones puntuales y conocimientos tribales. Los planificadores pasan horas cada semana extrayendo cifras de sistemas desconectados y depurándolas solo para elaborar una previsión.
Es un trabajo pesado, realizado por talentos de gran valor. Y se acumula rápidamente.
Imagínese lo que sus planificadores podrían estar haciendo en su lugar: modelización de escenarios, gestión proactiva de riesgos, colaboración con ventas y finanzas o identificación de oportunidades de crecimiento. En lugar de eso, están atrapados en la maleza, arreglando manualmente lo que el sistema no puede hacer de forma independiente.
La mayoría de los entornos heredados dependen de uno o dos expertos internos que conocen el funcionamiento del sistema. Cuando esa persona se va de vacaciones o, peor aún, se jubila, las operaciones se paralizan. El usuario se ve obligado a esforzarse por descifrar procesos que nadie más entiende.
No se trata sólo de una laguna de conocimientos, sino de un grave riesgo empresarial.
Las plataformas heredadas también agotan a su equipo de TI. A menudo se basan en arquitecturas patentadas y obsoletas cuyo mantenimiento requiere recursos técnicos escasos y costosos. Los cambios sencillos -como ajustar una regla de planificación o crear una nueva previsión- se convierten en proyectos de semanas de duración con elevadas facturas de consultoría.
Te vuelves dependiente de proveedores externos sólo para mantener las luces encendidas.
Esta sangría de mano de obra crea un círculo vicioso. Los procesos manuales ralentizan la toma de decisiones. Los cuellos de botella frustran a los equipos. Las soluciones alternativas se multiplican. Se acumulan los errores. Y antes de que se dé cuenta, lo que debería ser una cadena de suministro se convierte en un centro de costes activo.
No es un problema tecnológico, es un problema de utilización del talento. Y un problema que los directores financieros deberían vigilar de cerca.
Las plataformas de planificación modernas como ketteQ eliminan los cuellos de botella automatizando las tareas de poco valor y permitiendo la colaboración entre equipos. Con análisis basados en IA, datos en tiempo real y planificación de escenarios, los equipos pueden actuar en lugar de reaccionar.
Y lo que es mejor, estas plataformas están diseñadas para los usuarios de la empresa, no sólo para los informáticos. Eso significa cambios más rápidos, menores costes y menos dependencia de consultores o "susurradores de sistemas".
Empresas como Trimble y Cosmetica Labs ya han dado el salto. Informan de aumentos de productividad del 20-50%, mayor precisión de las previsiones y ciclos de S&OP significativamente más cortos.
Si tenemos en cuenta la mano de obra, los gastos generales de TI y los honorarios de los consultores, el coste real de nuestro sistema de planificación heredado puede ser mucho mayor de lo que pensamos. Y nada de ello aparece en una sola partida.
Pregúntatelo a ti mismo:
- ¿Cuántas personas están implicadas en las soluciones manuales de planificación?
- ¿Cuánto tiempo se pierde cada semana conciliando datos?
- ¿Hasta qué punto dependemos de una o dos personas clave?
- ¿Con qué frecuencia pagamos a consultores sólo para hacer cambios básicos?
Si estas preguntas le han llamado la atención, es hora de pasar a la acción.
Porque el coste real de la planificación de la herencia no es sólo el dinero, sino el potencial perdido.
Descargue el libro blanco completo: El coste oculto de los sistemas heredados de planificación de la cadena de suministro: La perspectiva de un director financiero.