Con una demanda de coches nuevos muy superior a la oferta, los concesionarios se enfrentan a lotes vacíos o tienen que realizar complicados canjes e intercambios con otros concesionarios, todo lo cual contribuyó a alimentar un renovado interés por los vehículos usados. De hecho, el precio de un coche usado alcanzó en 2021 su nivel más alto en 68 años.
¿Compraste un coche nuevo en 2021, y era un coche que realmente querías en lugar de uno con el que te acabaste conformando? Si es así, cuéntese entre los pocos afortunados: la mayoría de los compradores se encontraron en la situación única de tener que perseguir a un concesionario y no al revés. A primera vista, no poder entrar en un concesionario y conseguir el coche exacto que quieres puede parecer un simple caso de oferta (escasez en la cadena) y demanda (acumulada), pero pone de relieve una plétora de tendencias que sacudirán la industria del automóvil durante el año que viene, si no la década.
Con una demanda de coches nuevos muy superior a la oferta, los concesionarios se enfrentan a lotes vacíos o tienen que realizar complicados canjes e intercambios con otros concesionarios, todo lo cual contribuyó a alimentar un renovado interés por los vehículos usados. De hecho, el precio de un coche usado alcanzó en 2021 su nivel más alto en 68 años.
Los propietarios de vehículos que normalmente se comprarían un coche nuevo se han visto obligados a replantearse sus opciones, por lo que muchos han optado por conservar sus viejos vehículos y solucionar ellos mismos (o con la ayuda de un mecánico de confianza) sus problemas, lo que ha generado una gran demanda de piezas de recambio. Las cifras son impresionantes: Se espera que la actividad de bricolaje en automoción y el comercio electrónico de automóviles aumenten un 30% para 2021, una cifra que muy probablemente seguirá creciendo a medida que la pandemia -y la escasez de la cadena de suministro- avancen. La prueba ya está aquí: el sector de los recambios de automoción facturó 291.000 millones de dólares en 2020 y se prevé que alcance los 325.000 millones a finales de año.
Una de las razones por las que no se puede encontrar un coche nuevo por amor o por dinero es la escasez de algunos de los diminutos componentes que le dan las campanas y silbatos que la mayoría de los consumidores buscan. Si has conducido un vehículo inteligente, sabrás que hay cientos de chips semiconductores que lo alimentan: te dan navegación visual, control de crucero, radio por satélite y llamadas manos libres, entre otras cosas modernas imprescindibles.
Los chips que hacen funcionar las funciones inteligentes de los coches actuales escasean desde principios de 2020, por lo que los propietarios de automóviles que necesitan piezas de repuesto que los contengan mantienen en vilo al sector de la posventa. Los proveedores tienen que estar preparados para adaptarse rápidamente a la creciente demanda de este tipo de piezas, lo que significa que también dependen cada vez más de la inteligencia artificial (IA). Las plataformas de reaprovisionamiento y demanda impulsadas por IA, como las que ofrece ketteQ, ofrecen una visión holística de cada eslabón de la cadena, y los proveedores se están dando cuenta rápidamente de que pueden utilizar la IA en su beneficio y abordar los cuellos de botella críticos en el suministro, la producción y la entrega.
Una de las grandes tendencias que la preocupación por el cambio climático ha contribuido a fomentar es un sentimiento de urgencia sobre el medio ambiente y el papel que desempeñamos en su protección. Los coches no son una excepción: los consumidores quieren conducir vehículos que no sólo duren, sino que sean buenos para el planeta. Los 5,6 millones de vehículos eléctricos que circulan actualmente por las carreteras subrayan el espectacular aumento de las ventas desde los 3,4 millones de 2018, pero al igual que los vehículos tradicionales de combustible fósil, requieren piezas únicas que han lanzado un nuevo canal que los distribuidores de posventa deben gestionar. Por ejemplo, el 40% de las baterías de automóviles eléctricos se fabrican en China, pero la incapacidad del país para mantenerse al día con la demanda mundial ha creado una necesidad aún más crítica de diversidad de proveedores.
Una mitigación que muchos proveedores (¡y consumidores!) se están planteando seriamente es cómo reciclar o refabricar baterías o aparatos electrónicos viejos. Los distribuidores de piezas más inteligentes aprovechan cada vez más las modernas plataformas de gestión de la cadena de suministro, como ketteQ, para planificar y actuar en numerosas situaciones hipotéticas. Uno de los componentes más importantes para mantenerse a la cabeza del pelotón es ser capaz de pivotar las operaciones en cualquier momento, y las empresas punteras ya están demostrando lo ágiles que pueden ser.
La Casa Blanca declaró recientemente que la rápida recuperación de un choque económico inesperado es el sello distintivo de un sistema resistente. Esta teoría ha sido puesta a prueba por la crisis energética en China, que sigue teniendo un efecto de largo alcance en la escasez de materias primas. Incluso las empresas preparadas han sentido el dolor causado por la escasez de materiales como el magnesio, que se utiliza en aleaciones, frenos, depósitos de combustible y mucho más. Como cualquiera podría predecir, el aumento del coste de estos materiales está encareciendo aún más las piezas que los utilizan para las empresas de recambios.
La única salida es atravesar, pero atravesar es mucho más fácil cuando puedes hacer que tu operación sea más eficiente y eficaz. He aquí algunos consejos para capear el temporal que se avecina:
Esta lista puede parecer desalentadora, pero existen soluciones personalizables que pueden ayudarle a mantenerse en la carretera y evitar posibles atascos. Si está preparado para preparar su negocio de piezas de recambio o de fabricación de automóviles para el futuro, póngase en contacto con ketteQ hoy mismo en www.ketteQ.com para obtener soluciones probadas a los retos de su cadena de suministro.